Mitos sobre la lactancia

Mitos sobre la lactancia

Los mitos más comunes sobre la lactancia

Si estás buscando un bebé, o si ya estás embarazada, es frecuente que recibas toda clase de consejos y advertencias sobre el embarazo, el parto, el cuidado del bebé y en especial sobre la lactancia. Todos parecen tener una opinión experta sobre el tema y buscan transmitir sus propia experiencia o la de un conocido. Sin embargo, muchas de estas opiniones son simples mitos que en general pueden preocupar a la mamá y hasta hacerla interrumpir la lactancia por estas falsas creencias. A continuación te indicamos cuáles mitos son los más frecuentes y por qué.

Algunas mujeres no producen la cantidad de leche suficiente para alimentar al bebé

El cuerpo de la mujer está preparado para amamantar y nuestra especie ha sobrevivido por miles de años de esta forma. Es extremadamente raro que, luego de que una mujer haya dado a luz, no produzca la cantidad suficiente de leche para el bebé. Algunas mamás pueden tener problemas con la cantidad producida, pero esto está relacionado a un mal asesoramiento que indica que hay que complementar con leches maternizadas, por la creencia errónea que el flujo de leche es escaso. En este caso el flujo sí disminuye, pero por suprimir las tomas.

Si tu mamá o hermana no pudo amamantar tampoco tú podrás hacerlo

No sabemos porqué tu mamá no pudo amamantar. Pero seguramente todos sus antepasados lo hicieron, sino no estarías en este mundo. Provenimos de una larga cadena de ancestros. De generaciones que amamantaron a sus bebés porque ésta era la única manera que tenían para sobrevivir. En general, el hecho de que tu madre no haya podido amamantar se debe a la desinformación o a otra época, donde se ponía mucho más énfasis en la alimentación con biberón.

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Tu leche no es de buena calidad por problemas de estrés y de alimentación

Esto tampoco es cierto y está relacionado también a cómo sobrevivieron nuestros antepasados. Nuestra especie atravesó muchas situaciones diíficiles, de estrés, salud y alimentación; y sin embargo, hemos sobrevivido. Es cierto que una buena dieta y un contexto apropiado facilita la lactancia, pero esto no quiere decir que un contexto contrario la impida. Una dieta adecuada sin duda hará que estés mejor predispuesta para amamantar, pero aunque no recibas los nutrientes necesarios la leche no se ve afectada, salvo en los casos más extremos.

La lactancia cambiará la forma de tus mamas

Es cierto que la forma de tus mamas cambiará pero la lactancia no es la responsable de este cambio. Son otros los factores que hacen que cambie la apariencia de tus senos, como tu Índice de Masa Corporal (IMC), tu edad, si eres fumadora, si han aumentado mucho el tamaño de tus senos durante el embarazo, como también la cantidad de embarazos previos que hayas tenido.

El bebé no se prenderá al pecho porque tengo una mala forma de pezones

No en todos los casos los pezones planos e invertidos impiden el desarrollo normal de la lactancia, ya que durante el transcurso del embarazo los cambios que se desarrollan en tus senos muy probablemente hará que los pezones salgan hacia afuera debido al aumento del tamaño de las mamas. En el caso de los pezones invertidos, son muy pocos los casos en donde se retraen aún más durante el transcurso del embarazo, siendo esta situación más difícil de corregir. De todas formas la mayoría de los problemas en el pezón se pueden solucionar con ejercicios simples a partir del segundo trimestre del embarazo.

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