Placentofagia: comer la placenta

Placentofagia: comer la placenta

Comer la placenta

La placentofagia, es el término que se utiliza para describir al acto que realizan algunas mujeres —y a veces hasta hombres— de comer la placenta luego del parto. Es una costumbre que sigue el acto instintivo de la mayoría de los mamíferos. Aunque esta práctica no está muy difundida y causa cierta repulsión —e incluso a veces es tildada como una extravagancia—, los testimonios de quienes lo hicieron y el resultado de algunas investigaciones indica que aporta enormes beneficios.

De acuerdo a algunos estudios que se desarrollaron de forma aislada en España, se afirma que con esto se acelera la recuperación de la mujer y se produce más y mejor calidad de leche, además de prevenir los riesgos de hemorragia postparto.

¿Cuáles son los beneficios?

Como se indicaba, comer la placenta tiene muchos beneficios. A continuación detallamos cada uno de ellos:

  • Ayuda a contraer el útero de modo de recuperar más rápido su tamaño original
  • Disminuye el dolor postparto
  • Ayuda a cicatrizar las heridas que se produjeron en el parto>
  • Nivela los valores hormonales
  • Aporta gran cantidad de vitaminas, hierro y minerales
  • Estimula la producción de leche por su gran cantidad de lactógeno placentario
  • Ayuda a reponer la energía luego del esfuerzo del parto por el contenido de estrógeno, progesterona, vitaminas y minerales.

¿Cómo se come la placenta?

Muchas mujeres dan testimonio de haberla ingerido en licuados o hasta asada. En el norte de California y en el Reino Unido se realiza una fiesta llamada Placenta Party, donde se prepara este polémico plato aderezado con diversos ingredientes y acompañamientos, como brócoli o fideos de arroz.
Sin embargo, algunas mujeres, debido a la aprehensión que la ingesta puede producir desean encapsularla. Para esto siguen los siguientes pasos:

  • Primero se escurre la placenta en un colador quitando el exceso de sangre
  • Una vez que esta bien cocida se corta en trozos y se la pone en el horno sobre papel de hornear.
  • Luego de estar deshidratada se la retira y se deja enfriar
  • Se licúan todos los trozos hasta que quede totalmente pulverizada
  • Por último se la encapsula con los kits manuales  que se venden en el mercado o solicitando el servicio que ya se encuentra en varios países.
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Se puede tomar cada cápsula junto a las comidas.

¿Qué hacer en caso de querer comerla?

Lo primero que se debe hacer es consultarlo al obstetra y hablar con las autoridades del hospital o clínica para que te la entreguen el día del parto. La misma debe ser preservada inmediatamente en frío para evitar su contaminación. Puede ser conservada en el freezer, pero no más de seis meses.

Es de suma importancia que la institución de salud a la que acudas el día del parto haya hecho estas prácticas anteriormente, ya que si la placenta no es puesta en un recipiente adecuado y esterilizado apropiadamente, puede contaminarse con virus y bacterias cuando es expulsada, pudiendo llegar a causar infecciones si se la consume en estas condiciones.

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