Nancy y Justin Rohde pasaron años realizando tratamientos de infertilidad hasta que finalmente Nancy quedó embarazada. Sin embargo, esto sucedió cuando ya estaban esperando a otro bebé de un vientre de alquiler al que habían implantado un embrión cinco semanas antes. Esto permitió que la pareja tuviera dos hijas, ambas con su propio ADN, pero con cinco semanas de diferencia.
La decisión de subrogar un vientre
En una entrevista exclusiva con Cosmopolitan, la familia Rohdes comentó cómo fueron sus primeros intentos para tener hijos. En principio, intentaron cinco veces con fertilización in vitro (FIV) pero no tuvieron éxito, por lo que optaron por un alquiler de vientre. Sin embargo, la madre sustituta sufrió un aborto espontáneo en las primeras semanas. Finalmente, en agosto de 2015, se encontraron con una nueva madre sustituta de 30 años de edad, Ashley Brown, que quedó embarazada casi a la par del último tratamiento que Nancy y Justin habían realizado.
“Teníamos bastante miedo cuando nos dimos cuenta de que estaba embarazada,” dijo Nancy a Cosmo. “Estábamos tan preocupados de perderlo. No le dijimos a Ashley que estaba embarazada hasta que escuchamos el latido del corazón, alrededor de las 7 semanas. “Una vez que se reveló la noticia, Ashley estaba tan emocionada de que las dos pasáramos por esta experiencia juntas”.
Dos nacimientos diferidos
Finalmente, Nancy y Justin terminaron siendo padres de dos niñas con cinco semanas de diferencia y en ciudades distintas. Primero fue Nancy la que dio a luz a su hija Lillian Quinn el 2 de mayo, en Chicago, con diversas complicaciones médicas que ya fueron solucionadas. La segunda niña, a la que llamaron Audrey Eleanor, nació de la madre subrogada el 7 de junio en Salt Lake City, Utah.
Sin duda es una historia conmovedora y a la vez supone un nuevo enfoque y un gran debate sobre la manera en que nacen nuestros hijos en la actualidad.
