HIV – SIDA

Hoy en día, con el tratamiento adecuado, el contagio de madre a bebé está casi erradicado. La importancia del tratamiento durante el embarazo es vital.

HIV - SIDA durante el embarazo

¿Qué es el SIDA?

El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es una enfermedad infecciosa producida por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH o HIV de las siglas en inglés).

El HIV ataca el sistema inmunológico gradualmente, afectando la defensa de nuestro organismo contra infecciones y algunos tipos de cáncer. Una vez adquirida la enfermedad, pueden aparecer en el huésped las denominadas infecciones oportunistas, ocasionadas por bacterias u otros tipos de virus y que ponen en peligro su vida.

Se determina que una persona adquirió la enfermedad del SIDA cuando el número de células CD4+ en su sangre por metro cúbico es menor a 200, tomando como normal en una persona adulta 1000 ó más.

¿Cómo se transmite el HIV?

Esta enfermedad se transmite por sangre, semen o secreciones vaginales de las personas infectadas. Las transmisiones más frecuentes ocurren a través del sexo sin protección, ya sea vaginal, anal u oral, compartiendo agujas hipodérmicas y hojas de afeitar. También existe el riesgo de transmisión a través de transfusiones de sangre infectada, aunque hoy en día las posibilidades son mucho menores ya que se analizan todas las donaciones en busca de HIV y además se las somete a procedimientos de calentamiento para que el riesgo de transmisión sea casi nulo.

Estar infectado por el virus HIV no es lo mismo que tener SIDA. Pueden transcurrir muchos años luego de la infección con el virus HIV antes de que aparezcan síntomas de la enfermedad. Pero el que está infectado, puede transmitir el virus a otras personas y el bebé en gestación es una de ellas.

¿Qué probabilidades existen en transmitir el HIV al bebé?

Se estima que la transmisión al bebé se produce en el 25% si la mujer embarazada no recibe ningún tratamiento. En cambio si recibe un tratamiento adecuado, donde se controle estrictamente su carga viral, se tome adecuadamente la medicación, no se realicen ciertos procedimientos médicos durante el embarazo y efectuar una operación cesárea en el caso de cargas virales altas, el porcentaje puede disminuir a un 1% de los casos. El contagio de madre a hijo puede ser a través de la placenta durante el embarazo, o en el canal del parto al momento del nacimiento. La infección también puede producirse a través de la leche materna por lo cual se aconseja a las madres infectadas o que ya padecen SIDA no amamantar.

¿Cómo se diagnostica?

Conocer la condición frente a la infección con el virus HIV es muy importante si la mujer está embarazada o piensa estarlo, ya que como dijimos con anterioridad con un tratamiento adecuado, una persona infectada o enferma puede evitar que su bebé adquiera el virus.

Puedes saber si estás infectada mediante un análisis sencillo realizado con una muestra de sangre. Consúltalo con tu ginecólogo. Sólo se realiza con tu consentimiento y el resultado es siempre confidencial. Un resultado positivo significa que estás infectada con el virus HIV. En estos casos es fundamental un control prenatal regular desde el inicio de la gestación.

Se recomienda realizar la prueba antes de buscar el embarazo, pero si no conocías tu estado ante esta enfermedad y quedas embarazada recuerda que es recomendable hacerla en tu primera visita al obstetra.

Si la mujer sospecha que está en riesgo, se recomienda realizar nuevamente el test antes de las 36 semanas de embarazo, ya que puede no haberse detectado con la prueba anterior si la infección era reciente.

El HIV puede tener un período de 6 meses donde no se detecta (período de ventana).

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En el caso de que no hayas realizado la prueba o no hayas recibido tratamiento, se recomienda realizarle la prueba a tu bebé recién nacido, ya que también se reduce el riesgo de transmisión si se inicia el tratamiento adecuado antes de las 12 horas de haber dado a luz.

¿Qué complicaciones puede traer al embarazo?

Las complicaciones varían de acuerdo a cuán comprometido esté el sistema inmunológico durante la gestación. Las más frecuentes son parto prematuro, retraso en el crecimiento intrauterino y nacimiento de bebé sin vida.

¿Cuáles son los síntomas?

En general no presenta síntomas aunque en algunos casos durante las primeras semanas o a los meses pueden aparecer síntomas similares a los de una gripe como fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza, cansancio y ganglios inflamados, por lo que se hace casi imposible de detectarla de esta forma ya que la gripe es una enfermedad muy común. Los síntomas más fuertes pueden llevar algunos años en aparecer y están asociados a pérdida de peso, fiebre, sudación e infecciones bucales o vaginales de aparición frecuente y pérdida de la memoria de corto plazo.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento estará en manos del obstetra y de la embarazada, ya que su colaboración es indispensable. La embarazada deberá contribuir teniendo relaciones sexuales seguras, ya que el sexo sin protección, además de poner en riesgo de contagio al otro, puede contagiar a la mujer con otra enfermedad de transmisión sexual o bien adquirir otra cepa del virus de HIV que ponga aún más en riesgo el éxito del tratamiento. Lo mismo ocurre con el tabaco y el consumo de drogas ilegales, ya que también elevan el riesgo de transmisión del virus al bebé. Si fumas o consumes ésta es una buena oportunidad para dejar estos hábitos dañinos.

Lo primero a tener en cuenta es elegir un obstetra y una clínica especializados en tratar embarazadas con HIV o bien que trabajen en equipo con el médico que ya esté controlando o comience con el tratamiento.

Asimismo, es indispensable realizar análisis de sangre durante todo el embarazo para controlar la carga viral y el conteo de células CD4+, ya que esto determinará la terapia antirretroviral a seguir (inicio, tipo y frecuencia de la medicación a suministrar). Si el tratamiento no funciona o si aparece una nueva infección, se volverá a hacer un análisis en búsqueda de algún tipo de virus resistente y si el conteo de las células CD4+ a disminuido, se agregará al tratamiento antibióticos específicos para la prevención de neumonía.
Además se efectuarán análisis para la detección de otras enfermedades de transmisión sexual como también de toxoplasmosishepatitiscitomegalovirus y tuberculosis, control de la función del hígado, estado de glóbulos rojos (para descartar anemias) y electrolitos entre otros.

De acuerdo al resultados de todos estos estudios, tu estado físico y el tiempo de embarazo se escogerá el tratamiento más indicado para evitar que la medicación seleccionada pueda traer complicaciones al bebé. El obstetra informará de todas formas los riesgos fetales que puede provocar, aunque aún no existen investigaciones que demuestren la seguridad de los medicamentos más nuevos. Sin embargo, siempre se contemplará que la medicación no supere en efectos negativos a los de la propia infección por HIV.

El tratamiento consiste en mantener la carga viral lo más baja posible con medicamentos específicos que disminuyen el riesgo de contagio al bebé. En líneas generales se inicia a las 14 semanas de gestación, con la administración de una droga llamada AZT (azidotimidina), también conocida como ZDV (zidovudina). La mayoría de las investigaciones determinaron que esta droga es la más eficaz para disminuir el riesgo de transmisión al bebé, ya que no sólo actúa en la embarazada, sino que atraviesa la placenta y también lo protege directamente.

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En aquellos casos donde la medicación produzca vómitos frecuentes durante el primer trimestre puede ser necesario que el médico la suspenda hasta que el embarazo esté más avanzado, ya que la toma esporádica de la misma puede generar resistencia del virus ante la droga.

A partir del tercer trimestre, y de acuerdo a la medicación suministrada, se controlará a la mujer mediante ecografías, perfiles biofísicos y estudios no estresantes para vigilar de cerca el desarrollo del bebé.
Durante el parto, se le suministrará AZT intravenoso a la mamá con HIV y el bebé también lo recibirá después del nacimiento.

Los recién nacidos de mamás con HIV, tienen anticuerpos de ella circulando en su sangre para este virus y por lo tanto el resultado del análisis de HIV será positivo en la mayoría de los casos aunque no esté infectado. Por esta razón, y aunque el análisis dé negativo, se le debe iniciar el tratamiento al bebé durante las primeras 6 semanas de vida, en conjunto de otro contra la neumonía que se inicia entre las 4 y 6 semanas. Pero entre los 15 y 18 meses de vida, luego de recibir el tratamiento adecuado la mayoría de los bebés se tornan HIV negativo.

En el caso de que el bebé resulte infectado, se comenzará a controlar de cerca el virus y continuará con un tratamiento específico. Las mamás infectadas con el virus del HIV deben continuar con la terapia antirretroviral hasta tanto lo indique el profesional que la seguirá atendiendo.

Algunas mujeres infectadas con HIV tendrán que continuar con la terapia antirretroviral después del parto y otras podrán dejarlo hasta que su condición cambie o los resultados indiquen que es necesario el tratamiento.

¿Es posible amamantar al bebé?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no se recomienda que las madres con HIV positivo amamanten al bebé, salvo que no exista otra posibilidad o alternativa.

¿Cómo puede prevenirse?

A continuación te damos un listado para evitar la infección por HIV.

  • Teniendo una pareja estable que sea HIV negativa.
  • Teniendo relaciones sexuales siempre con preservativo si desconoces si tu pareja es HIV negativa. Usar siempre preservativo en todas las relaciones con penetración, te protegerá también de otras infecciones de transmisión sexual como hepatitis B y C, sífilis y HPV.
  • Evitando el uso de drogas por vía endovenosa.
  • Evitando recibir transfusiones de sangre de personas desconocidas.
  • Controlando la esterilización de los materiales en caso de tratamientos odontológicos.

¿Cómo se puede proteger a los demás de la infección?

  • Teniendo relaciones sexuales siempre con preservativo.
  • Evitando compartir jeringas y agujas con otra persona si utilizas drogas por vía endovenosa.
  • Evitando donar sangre.
  • Si estás embarazada, informando a tu obstetra tu condición para que inicie el tratamiento para proteger al bebé en el momento adecuado.
  • Evitando amamantar al bebé.

148 opiniones en “HIV – SIDA”

  1. en el momento delparto me dijeron que el test rapido dehiv me dio positivo cuando durante todos los analisis del embarazo me dieron negativo y un estudio de laboratorio despues del parto tambien fue negativo…a que se pudo deber ese resultado?

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