¡Los cirujanos le quitaron el pie a este bebé y se lo pusieron al revés!

El pequeño fue sometido a esta revolucionaria técnica quirúrgica para detener el cáncer de hueso que se extendería por toda la pierna.

¡Los cirujanos le quitaron el pie a este bebé y se lo pusieron al revés!

Max es un niño de 22 meses que ha vuelto a gatear luego de que los médicos encontraran una ingeniosa manera para que pudiera seguir desplazándose.

Cuando tenía sólo un año de edad, el pequeño fue diagnosticado con osteosarcoma de rodilla y en ese entonces le comentaron a sus padres que la amputación de su pierna derecha era la mejor opción para salvar su vida.

“Después de la primera ronda de quimioterapia, el cirujano Mark O’Sulliva  vino a reunirse con nosotros”, dice la mamá de Max, Julie Ford, de 26 años. “Nos comentó que lo mejor para Max sería la plastia de rotación”. Esto significaba que la rodilla cancerosa de Max sería eliminada, junto a ocho centímetros de fémur y parte de la tibia.

La plastia de rotación es un procedimiento elimina el hueso afectado y sustituye la articulación de la rodilla con la articulación del tobillo, para ello, los cirujanos dan vuelta la pierna antes de volverla a colocar. De esta manera se recupera la articulación perdida para poder colocar una prótesis artificial sin perder la movilidad de la rodilla.

Los cirujanos volverían a conectar la parte restante de la pierna de Max hacia atrás, dejando el talón en la parte delantera, los dedos de los pies apuntando hacia atrás y la articulación del tobillo en reemplazo de su rodilla.

Eventualmente, la unión se curaría y Max tendría una pierna corta pero con una articulación funcional, que le permitirá utilizar una prótesis para la parte inferior de la pierna y no de la pierna entera.

“No sabía qué decir” —dijo la madre cuando le comentaron lo que tenían que hacer— “Pero tuve que confiar en los médicos”.

Mira también:  La lactancia materna disminuye el riesgo de bronquiolitis y neumonía

Finalmente, Max fue operado con éxito en abril de este año en el Royal Children’s Hospital de Melbourne, Australia. Después de la operación que duró ocho horas, Julie y su pareja Greg, de 29 años, fueron a ver a su hijo Max.

“Inmediatamente retiramos la sábanas porque teníamos curiosidad sobre cómo le había quedado su nueva pierna. Aunque era mucho más corta de lo que pensé, no me molestaba ver su pie hacia atrás. ¡Lo que me sorprendió es que pudieron salvar a mi hijo!”, dice Julie.

Ahora Max continúa con su tratamiento de quimioterapia pero los últimos estudios son alentadores ya que el cáncer se ha retirado. Además, dentro de unos meses le darán la prótesis para que pueda empezar a caminar.

¡Esperamos tener pronto noticias suyas y esta vez caminando!

Deja un comentario