Fimosis en el niño

Fimosis en el niño

¿Qué es la fimosis?

La fimosis se produce cuando el prepucio no se puede deslizar hasta dejar el glande al descubierto, ya sea por un estrechamiento de la luz del prepucio o por la presencia de adherencias balanoprepuciales.

Vale aclarar que en la gran mayoría de los recién nacidos, el prepucio se encuentra adherido al glande. Esta condición fisiológica desaparecerá durante la infancia en forma gradual.

¿Cómo se detecta?

A través del examen físico que realiza el pediatra en la consulta de rutina.

¿Cuál es el tratamiento?

Mientras la micción sea normal (chorro fuerte) no se hace nada hasta que el niño tenga dos años, ya que la mayoría de las fimosis son fisiológicas y desaparecen espontáneamente. Por eso las maniobras forzosas para deslizar el prepucio carecen de sentido, además son muy dolorosas y pueden provocar lastimaduras.

Después de esa edad, se recurre al tratamiento médico que consiste en la aplicación de corticoides locales. De acuerdo a diversos estudios, el éxito de estos medicamentos oscila entre el 60% y el 90%.

Si el paciente no responde de la manera esperada al tratamiento, el pediatra lo derivará a un médico urólogo para que practique una cirugía. El procedimiento quirúrgico indicado en estos casos es la circuncisión, la cual tiene pocas complicaciones y, según la edad del paciente, puede realizarse con anestesia local.

Vale aclarar que en algunas ocasiones la opción quirúrgica debe adelantarse. El médico puede decidir operar antes de los dos años en los siguientes casos:

  • Dificultades en la micción
  • Infecciones recurrentes en el trato urinario
  • Balanitis a repetición (infección en la zona balanoprepucial, es decir entre el prepucio y el glande).
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¿Cuáles son las complicaciones?

La fimosis puede favorecer el desarrollo de infecciones si no se mantiene una higiene adecuada. El pene del bebé debe lavarse con agua y jabón neutro sin tratar de llevar el prepucio hacia atrás.

¿Cómo sé si mi hijo tiene una infección en el pene?

Si se genera una infección, el glande aumentará de tamaño. También puede producirse enrojecimiento y presentarse secreción por la uretra. Ante la duda, se debe consultar al pediatra.

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