La intervención tuvo lugar en Burnham, Essex, Inglaterra. En dicha ciudad una joven embarazada se sometió a un tratamiento llamado operación fetal, una intervención que se ha realizado muy pocas veces.
Para lograrlo tuvieron que abrirle el vientre, sacarle parte del útero fuera del abdomen, operar al bebé y volver a colocar todo en el interior como si no hubiera pasado nada.
Una operación muy delicada
La mujer se llama Bethan Simpson, tiene 26 años y estaba cursando las 20 semanas de embarazo cuando sus médicos le comentaron que algo estaba mal. Los especialistas le informaron que su hija padecía uno de los defectos del tubo neural más frecuente: espina bífida, una alteración en la columna vertebral y la médula espinal en el que no se desarrollan de una manera adecuada.
En ese entonces, los médicos le dijeron las opciones que tenía ante esta enfermedad congénita. La primera era la de interrumpir el embarazo. La segunda, era la de dar a luz a su hijo pero luego tendría que someterlo a un tratamiento muy complejo de rehabilitación. Y la última opción, si bien era muy riesgosa para el bebé consistía en operarlo dentro del útero para darle más oportunidades de recuperación posparto.
Lo más difícil: decidirse por la intervención
Esgrimiendo estas tres alternativas, la mamá se decidió por la última: la operación fetal. Si bien tenía muchos riesgos, los resultados serían muy buenos en relación a las otras dos opciones. Fue así que se sometió a la cirugía propuesta, donde un grupo de especialistas londinenses le cortaron el útero y repararon la lesión en la columna vertebral del feto para luego suturar todo y volver a colocar todo en su lugar.
Si la joven mamá no hubiera realizado esta delicada operación, su bebé podría nacer con riesgos muy altos de parálisis total. Por otro lado, si estos niños no reciben este tipo de intervención antes del nacimiento tienen posibilidades de padecer hidrocefalia y daño cerebral, que desencadenarían problemas de respiración y de deglución con desenlaces fatales.
¿La cirugía fetal cura definitivamente la espina bífida?
Aunque los expertos aclaran que la cirugía fetal no es una cura total para la espina bífida y los niños deben continuar con el tratamiento luego del parto, está demostrado que mejora considerablemente la recuperación y la calidad de vida.
La intervención se realizó el pasado 8 de enero. A los pocos días la mamá publico en sus redes sociales la feliz noticia: “Fuimos un éxito. Su lesión era pequeña y aunque no lo crean soportó la cirugía. Me siento débil y dolorida, pero mientras ella esté bien, no importa nada más”.
Hace pocos días y casi recuperada del todo, la señora Simpson fue entrevistada por The Washington Post y admitió que no sabe qué cosas le esperan a ella, a su esposo y a su bebita, que nacerá en abril. Pero a pesar de todo ella no deja de tener esperanzas. “Siento que me patea todo el día. Vemos sus patitas moviéndose en las ecografías”. Además, la mamá ya eligió su nombre: Elouise.
¡Fuerza Elouise! Nos vemos en abril. Queremos conocerte pronto y verte bien.