Problemas en la visión

Problemas de la visión en el niño

¿Cuándo se debe comenzar a controlar la vista?

La agudeza visual completa se alcanza alrededor de los ocho años de edad, sin embargo la visita al oftalmopediatra debe realizarse mucho antes, durante los primeros meses de vida.

En esa instancia el oftalmólogo evaluará la correcta formación de las estructuras oculares y descartará cualquier anomalía que pueda presentarse. Para eso realizará dilatación pupilar y fondo de ojos con oftalmoscopia indirecta (revisión de los ojos con un instrumento manual similar a la linterna de un minero).

Si todo marcha bien, el segundo control deberá realizarse entre los 2 y los 3 años de edad, y por último habrá una última visita reglada antes del inicio de la etapa escolar, es decir a los 6 años.

El control oftalmológico temprano es fundamental para prevenir y tratar patologías que pueden conducir a la ambliopía, que es la detención de proceso de maduración visual.

¿Cuáles son los problemas de la visión más comunes en los niños?

Entre los 3 y los 6 años de edad los trastornos más comunes son los vicios de refracción, es decir la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. El estrabismo es otra patología frecuente.

Mientras que en los recién nacidos y durante los primeros meses de vida, es común la obstrucción del conducto lagrimal.

Entre las enfermedades más graves se encuentran la retinopatía del prematuro, el glaucoma congénito, la toxoplasmosis congénita y el retinoblastoma (tumor maligno de la retina).

Miopía

La miopía suele detectarse al comenzar la escolaridad, cuando los niños tienen dificultades para leer lo escrito en el pizarrón. Hasta esa etapa puede pasar desapercibida, ya que los pequeños se mueven en un ámbito donde todo está al alcance de su vista.

En términos prácticos, la miopía implica dificultad para ver de lejos, esto sucede porque la imagen, que debería formarse en la retina, se forma delante de esta.

Para tratarla se indica el uso de gafas. Es importante que estas sean adecuadas para la edad, se recomienda que el lente sea de policarbonato, ya que este material es resistente a los golpes y muy liviano.

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Hipermetropía

En este caso, el niño ve bien de lejos, pero no de cerca, es decir que las imágenes se forman por detrás de la retina.

Debido al esfuerzo para ver los objetos cercanos, los niños que la padecen pueden sufrir de dolores de cabeza y ojos enrojecidos.

Los problemas ocasionados por la hipermetropía pueden solucionarse con el uso de gafas; como siempre en estos casos, se sugiere utilizar aquellas con montura de goma y cristales irrompibles.

Astigmatismo

El astigmatismo provoca visión borrosa o distorsionada a cualquier distancia. Se relaciona con una deformación en la curvatura de la córnea y suele estar asociado a defectos de refracción como la miopía o hipermetropía.

Su detección en los niños pequeños es complicada, ya que es probable que no adviertan que ven borroso hasta una edad más avanzada.

Para su tratamiento se indican gafas.

Obstrucción del conducto naso lagrimal

La obstrucción lagrimal congénita puede deberse a la presencia de restos embrionarios. Al no poder salir al exterior, las lágrimas se acumulan en el saco lagrimal y generan secreción produciendo un efecto similar al de una conjuntivitis

Si alguno o ambos ojos de tu bebé presentan irritación, lagrimeo o secreciones que forman costras debes consultar al pediatra. La secreción ocular es un síntoma de algún problema a ese nivel, como obstrucción del conducto lagrimal, orzuelos, reacciones alérgicas, conjuntivitis virales o bacterianas y otras enfermedades.

Evoluciona favorablemente en el 99% de los casos, sin requerir cirugía, generalmente el conducto se destapa en forma espontánea durante las primeras semanas de vida.

Para tratarlo, el médico oculista indicará el masaje exterior del saco (presionando el borde interno del parpado inferior) que puede realizarse en casa. Si al cabo de un tiempo, el masaje no da el resultado esperado, el oftalmopediatra podrá realizar un sondaje de la vía lagrimal bajo anestesia general.

Estrabismo

El estrabismo afecta al 5 por ciento de los niños y consiste en la desviación de los ojos, es decir que cada uno apunta a una dirección distinta.

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Hasta los 6 o 9 meses de vida, las desviaciones oculares pueden deberse a la inmadurez del sistema nervioso central y de la vía óptica. Sin embargo, la evaluación de un oftalmopediatra es necesaria, ya que también puede ser la manifestación de retinoblastoma, de una enfermedad cerebral o de síndromes genéticos (heredados) o congénitos (desarrollados en el útero materno).

Si estas patologías se descartan, se tratará de estrabismo, el cual puede deberse a un desequilibrio en los músculos que controlan los movimientos oculares. También puede estar asociado a otras patologías como la hipermetropía.

Existen varios tratamientos posibles, entre ellos las gafas, la oclusión, los ejercicios ortópticos y la cirugía. Es importante señalar que no todos los casos requieren tratamiento quirúrgico.

Retinopatía del prematuro

La retinopatía del prematuro es una enfermedad que afecta a recién nacidos menores de 32 semanas y 1500 g. al nacer. Se trata de una alteración en la formación de los vasos de la retina.

En casos extremos puede conducir a la ceguera, por eso es importante que los bebés prematuros reciban un control. periódico del fondo de ojo (con oftalmoscopia binocular indirecto).

Si la retinopatía es avanzada se indica cirugía con láser.

Movimientos oculares extraños

Si luego de los 3 meses de edad los ojos del bebé tardan en moverse, o si el movimiento no es constante cuando intenta mirar algo, tanto de forma horizontal o vertical debes consultar al médico. Este puede ser síntoma de nistagmo, que puede ser causado por problemas a nivel neurológico.

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