“Si le hubiera dado el biberón aún estaría vivo”

Una mujer cuenta la historia de cómo su bebé murió de hambre y deshidratado a pesar de haberlo amamantado constantemente.

"Si le hubiera dado el biberón aún estaría vivo"

Como toda mamá primeriza, Jillian Johnson quería darle lo mejor a su bebé recién nacido. De hecho, se atendía en un hospital que defendía la lactancia materna y después de que naciera su hijo Landon, le daba el pecho cada vez que pedía. No obstante, su pequeño murió de hambre después de 17 días de haber nacido.

Recientemente, la madre compartió su triste historia en el blog Fed Is Best Foundation, una organización sin fines de lucro que aboga por una mejor educación sobre la alimentación del recién nacido. Jillian tituló su publicación: “Si le hubiera dado el biberón, todavía estaría vivo”.

La mamá había dado a luz por cesárea y su hijo tenía un peso normal. Es más, los asesores de lactancia inclusive observaron que el bebé “se prendía correctamente y estaba bien”, escribió Jillian.

Pero algo andaba mal. Jillian padece de poliquistosis ovárica, un trastorno hormonal que dificulta la producción láctea. Por esta razón, le sugirieron tomar algunas hierbas especiales para ayudarla a aumentar la cantidad de leche y le dijeron que continuara amamantando de forma exclusiva.

Posteriormente fueron dados de alta del hospital y regresaron a su casa sin problemas. Sin embargo, la mamá advirtió que su bebé no estaba bien. Lloraba constantemente y buscaba alimentarse con una frecuencia mayor a la habitual.

A pesar de que lo amamantaba continuamente, el pequeño llegó a perder casi el 10% de su peso corporal en tan solo dos días.

“Lo llevamos a casa sin saber que en menos de 12 horas con nosotros, tendría un paro cardíaco causado por deshidratación”, escribió Jillian.

Al ver que Landon no respondía, Jillian y su marido Jarrod, lo llevaron al hospital donde lo conectaron a un respirador. Posteriormente una resonancia magnética reveló que había sufrido una lesión cerebral por la falta de oxígeno como producto de la baja presión arterial. La pareja optó por desconectar el soporte vital de su hijo 15 días después.

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Luego de cinco años de que su bebé muriera de deshidratación, Jillian quiso compartir lo que le sucedió para alertar y concientizar a otras mamás.

“¿Sabías que los recién nacidos no deben llorar todo el tiempo? Deben comer, dormir y ensuciarse los pañales. Realmente no tenía ni idea de que [mi bebé] no se calmaba porque literalmente se estaba muriendo de hambre”, escribió.

Aunque todavía siente bronca y culpa por la pérdida de su hijo, Jillian dice que ahora reconoce que no era normal que un recién nacido llorara tanto. Su hija Stella era mucho más tranquila pero pensó que Landon tenía otro carácter y demandaba más la teta.

La historia de Jillian es una de las que rara vez escuchamos. Aunque la lactancia materna es lo mejor para nuestros bebés hay que estar alerta a los problemas de alimentación que pueden surgir.

Es normal que le bebé pierda hasta el 10% de su peso durante la primera semana de vida. Sin embargo, hay que controlar que no baje drásticamente y verificar cuántos pañales moja y ensucia a diario. Lo normal es cambiarle el pañal de 6 a 10 veces por día.

Y por supuesto, aunque creas que tu bebé está tomando lo que corresponde, aún así debes consultar inmediatamente al médico si el bebé llora constantemente o pide que lo alimentes más de lo que consideras normal. No es una cuestión de carácter ni de que come más, es un mensaje que manifiesta para hacerte saber que algo no anda bien.

 

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