“Dios mío, por favor, vive. No te mueras sobre mí”. Esto fue lo primero que pensó Chastity luego de dar a luz en su casa, cuatro meses antes de la fecha probable de parto. La mujer cuenta que “ni siquiera sabía que estaba en trabajo de parto“. Recién lo advirtió cuando miró hacia abajo y vio por primera vez a su bebé con una tonalidad violácea.
Una parto prematuro afortunado
Afortunadamente, la mamá se encontraba con su tía que llamó inmediatamente a emergencias y luego ató el cordón umbilical del pequeño con el cordón de una zapatilla. La ambulancia llegó de inmediato y los médicos envolvieron a Leni para mantenerlo caliente y comenzaron a realizarle maniobras de reanimación.
Leni sobrevivió y la ambulancia lo trasladó de urgencia a la unidad de cuidados intensivos neonatales del Sutter Health en Sacramento, California. Pesaba tan sólo 1.730 gramos. Sin embargo, esto no terminaba aquí. Ahora comenzaba la parte más difícil: la recuperación.
Contra todos los malos pronósticos
Según el Dr. Gustavo Sosa, un neonatólogo de la clínica, los bebés que nacen antes de las 22 semanas de embarazo tienen de un 10 a un 15% de posibilidades de sobrevivir, pero en las circunstancias que nació Leni, probablemente la cifra se reduce a menos del 5%.
Sin embargo, el pequeñito tenía otros planes: estaba decidido a pelear por su vida. Chastity comentó que le habían informado que su bebé no tenía posibilidades de sobrevivir y que no pasaría la primera semana.
El pequeño estuvo en terapia intensiva durante cinco meses, periodo en el que estuvo conectado a un respirador artificial y en el que le realizaron todo tipo de cirugías.
No obstante, este valiente campeón se recuperó y le dieron el alta cuando llegó a pesar 2.800 kg. “Definitivamente es mi bebé milagro”, agregó Chastity.
¡Realmente estamos muy felices por esta familia! Porque gracias a su tía y al equipo médico que llegó rápidamente, este precioso bebé tuvo una segunda oportunidad en la vida.
