La manera natural de dar a luz es mediante el parto vaginal. No es mejor ni peor que parir por cesárea, solo es la vía natural de hacerlo, siempre que se pueda.
Como resultado del parto vaginal las mujeres presentarán dolores, ciertas escoriaciones y hasta hematomas, los cuales se sanarán solos. Sin embargo, en otras ocasiones puede producirse un desgarro vaginal, el cual ameritará ser atendido quirúrgicamente, dependiendo de su tamaño o el nivel de lesión.
¿Por qué se produce el desgarro vaginal?
El cuerpo humano es muy resistente y de naturaleza casi perfecta. La vagina no es una excepción y tiene la característica de estirarse durante el parto. No obstante, en algunas ocasiones, el paso del bebé por la pelvis genera una fuerte presión que puede llegar a desgarrar los músculos del perineo.
A veces, cuando el paso del bebé se ve dificultado y con el fin de evitar un desgarro vaginal, se realiza un corte controlado por parte del médico o la partera, a la altura del perineo, conocido como episiotomía, siempre y cuando la futura madre haya sido anestesiada localmente, o haya recibido una epidural. Pero esta no es la única manera, en otras ocasiones puede utilizarse una un fórceps o ventosa, para traer al bebé al mundo.
Sin embargo, a pesar de estas medidas o cuando no se toman, el desgarro puede presentarse en el perineo, la parte interna de la vagina y la parte externa como el clítoris y labios. Rara vez también afecta el cuello uterino.
Tipos de desgarro vaginal
Los desgarros se clasifican en varios grados de acuerdo a su severidad. A continuación detallamos cada uno de ellos:
Desgarro vaginal de primer grado
Afecta la piel del perineo y puede requerir un punto de sutura, o se cura solo.
Desgarro vaginal de segundo grado
Es un desgarro de profundidad, similar al corte de la episiotomía, pues afecta la piel y el piso pélvico. Su tratamiento amerita puntos de sutura para cerrar o reparar los músculos del piso pelviano.
Desgarro vaginal de tercer grado
La abertura del desgarro es más grande, alcanzando los músculos del piso pelviano que se acercan al área del ano. Amerita que el médico obstetra realice suturas más extensas, siempre que la paciente esté bajo sedación local.
Desgarro vaginal de cuarto grado
Es el desgarro completo del perineo, es decir de la vagina hasta el ano. A esto se le conoce como “lagrima” perianal, y es la más compleja de tratar. Debe suturarse en el quirófano por un médico obstetra y cirujano intestinal, empleando anestesia general o epidural.
¿Por qué se produce el desgarro vaginal?
Los factores que predisponen el desgarro vaginal durante el parto son los siguientes.
- Madres primerizas, debido a la tensión que se presenta en los músculos del suelo pélvico, los cuales estarán más distendidos en los partos posteriores.
- El tamaño del bebé.
- Antecedentes con desgarros de tercer o cuarto grado en nacimiento previo.
- Cuando el bebé viene en posición podálica o en posición del nalgas.
- Cuando el parto es prolongado, o se complica por distocia del hombro, que es cuando el bebé pasa la cabeza por el canal de parto, pero no pasa los hombros, por lo que se requiere el uso de fórceps o ventosa.
¿Cómo es el tratamiento para solucionar el desgarro vaginal?
Como se ha descrito ya, al desgarro se le conoce como lagrima por el aspecto de su forma. Su tratamiento es únicamente quirúrgico y consiste en juntar las capas del tejido para una mejor cicatrización y evitar la pérdida de sangre.
Las mujeres que presentan desgarros de 3° ó 4° grado tienen también riesgos de presentar fístulas (pequeños orificios en la zona perianal). Para corregirlas o evitarlas se debe realizar una cirugía adicional. También podrían utilizar un catéter durante un par de días mientras se produce la recuperación de los tejidos.
Luego de que la herida o lágrima es suturada, el siguiente paso es administrar antibióticos y analgésicos, mantener la zona limpia mientras cicatriza y presente sangrado, razón por la cual es necesario utilizar apósitos absorbentes.
¿Cuáles son los cuidados posteriores a la operación de un desgarro vaginal?
Los puntos cicatrizan aproximadamente a la semana y son reabsorbidos por el cuerpo alrededor del mes, pero durante todo este proceso se sugieren las siguientes medidas:
- Disminuir la acidez en la orina mediante un alcalinizador urinario, así como la ingesta de laxantes para ablandar las heces, haciendo que la evacuación no sea tan dolorosa.
- Beber mucha agua con el fin de mantener un buen tránsito intestinal.
- Aplicar compresas frías para disminuir la inflamación.
- Durante el baño es recomendable que las mujeres orinen de pie en la ducha. De esta manera se evita el contacto de la vagina con la orina, por la ventaja del lavado inmediato.
- Se recomienda emplear los cojines para hemorroides.
- Hablar inmediatamente con el médico si el área se inflama, comienza a oler de forma extraña, tiene secreciones, o si se pierde el control de esfínteres.
¿Cómo evitar el desagarro vaginal?
Hay sugerencias que se recomiendan durante las diversas fases del embarazo, entre las cuales podemos mencionar:
- Masaje perineal, o aplicar compresas calientes en la región del perineo durante el tercer trimestre del embarazo ya que ayuda a estirar la piel.
- Se sugieren realizar ejercicios de Kegel durante toda la gestación, los cuales mejorarían el tono muscular para evitar desgarros.
- Existe un dispositivo llamado Epi-No, el cual puede usarse durante las últimas semanas de embarazo. Se dice que ayuda a flexibilizar el área.
- Las mujeres que hayan tenido un desgarro de 3º ó 4º grado en un embarazo anterior deberán recibir información detallada y personalizada de su médico acerca de cómo se manejarán los partos posteriores.