Ho’oponopono: una técnica hawaiana sanadora que ayuda a criar niños felices

Mabel Katz, autora de libros e impulsora de este método, comparte y habla sobre las presiones que sienten las madres en la crianza de sus hijos.

Ser “la madre perfecta” es una presión innecesaria que nos genera estrés y agobio, contagia a nuestros hijos y no nos damos cuenta que el camino y el ejemplo son otros. Tal vez no nos estemos concentrando en las cosas que son importantes.

Los hijos nos observan todo el tiempo, y captan cada expresión, cada movimiento. Ellos leen nuestro corazón y es por eso que es tan importante dar el mensaje adecuado. ¿Alguna vez sentiste que en un instante en particular eras tú misma?

Ese “estar en el presente” y conectarnos con nuestra parte más auténtica debe transformarse en el objetivo de cada día, multiplicar esa partícula de tiempo en minutos, en horas, en cada vez más momentos recordando quién sos. ¿Qué estas esperando para cambiar? ¿A qué le tenés miedo?

Es hora de pensar en vos, cuidarte y estar bien. Si vos lo estás, tus hijos también lo estarán. Cuando sos vos misma, volvés a ser niño, te conectás con tu verdadero ser, actúas más espontáneamente, y las cosas fluyen, se solucionan “milagrosamente”.

Sé que cumplís con todas tus obligaciones con ellos; los alimentás, protegés, educás y les enseñás la diferencia entre el bien y el mal. ¿Y a ser felices? ¿Qué lugar ocupa el ejercicio de la felicidad en la relación con tus hijos? Dejá que abran sus alas y emprendan el vuelo que deseen, amándolos y permitiéndoles ser quienes realmente son.

Cuando ellos se elevan nosotros también nos elevamos; y, al fin y al cabo, los niños son eso: nuestros mejores maestros. En estos tiempos de grandes cambios de estructuras y de empoderamiento en todo el mundo, es hora de trabajar en vos misma, soltar y entregarte al universo. Cuando realmente soltás, comenzás a ver los regalos que esta fuerza poderosa te presenta.

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¿Acaso solés pensar en los problemas que tenés, y en cómo solucionarlos? ¡Preguntales a tus hijos cómo lo harían! Seguramente la respuesta es mucho más fácil y aparece más rápido que si continuás buscando en tus interminables conjeturas.

Ellos sí actúan espontáneamente, confían en su sabiduría, aman y perdonan fácilmente, juegan y disfrutan. Aprendamos de su inocencia y capacidad de asombro, regalemos sonrisas como lo hacen ellos y juntos tendremos un sendero más feliz, más abundante, más en paz.

Lo fantástico de este camino (el más fácil), es que con Ho’oponopono podrás soltar todo aquello que no sea tu verdadero yo y te impida aceptarte y amarte a vos, para luego poder aceptar y amar a otras personas, inclusive a tus hijos.

Con un simple “gracias” o un “te amo” puedes soltar, permitiéndole a la Divinidad que borre las memorias que se están repitiendo, que están “trabando” o produciendo “problemas”. Repitiendo esas palabras, mentalmente, podrás soltar esas memorias dolorosas del pasado y vivir más en el presente.

Practicar Ho’oponopono es tan simple como repetir alguna de esas dos palabras gatillo. Te ayudará a no reaccionar tanto, y podrás estar más en paz. Si vos estás en paz, tus hijos estarán en paz y tu relación con ellos cambiará para mejor.

Cuando conocí el Ho’oponopono aprendí algo muy importante: la responsabilidad. En este arte ancestral hawaiano hablamos de tomar el 100% de la responsabilidad -no culpa- sabiendo que es algo en nuestro subconsciente lo que está atrayendo todo lo que nos sucede, y reconociendo que cuando nosotros cambiamos, todo cambia. Por eso, si a veces flaqueás y creás que llega el fin del mundo, recordá que ser madre puede ser más fácil si te das cuenta que no necesitás ser perfecta, solo necesitás ser una madre feliz.

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Por Mabel Katz, autora, creadora del sistema Zero Frequency e impulsora del Ho’oponopono en Argentina.

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