Dos gemelas siamesas fueron separadas a los 7 meses y hoy nos cuentan su historia

¿Cómo es posible que dos gemelas siamesas puedan sobrevivir tras haber nacido en esas condiciones? Conoce la conmovedora historia de la familia Stark que nos deja un mensaje esperanzador.

Dos gemelas siamesas fueron separadas a los 7 meses y hoy nos cuentan su historia

Sydney y Lexi Stark son gemelas siamesas que llegaron al mundo el 9 de marzo del año 2001. A pesar de haber estado unidas en la parte inferior de su cuerpo pudieron desafiar las probabilidades: sobrevivieron y en la actualidad son  dos jóvenes de 17 años que llevan una vida normal.

Contra todo mal pronóstico

Los estudios revelan que entre el 40 y el 60% de los siameses nacen muertos, mientras que solo el 35% de ellos sobreviven tan solo el primer día fuera del vientre de su madre. Sin embargo, tras haber pasado 7 meses desde su nacimiento, las niñas Stark estaban en perfectas condiciones de salud.

James, el padre de las niñas, dijo que tanto él como el resto de su familia siempre tuvieron fe de que iban a sobrevivir: “Estuve seguro de que iban a sobrevivir, siempre lo sentí así”.

Una visita al médico

Él y su esposa, llamada Emily, visitaron al médico antes del nacimiento de las pequeñas para una consulta, y fue en ese momento que el profesional les indicó el estado en que se encontraban.

La mamá comentó: “Recuerdo haber quedado en shock en ese momento, simplemente me desconecté y James se quedó a cargo de la situación”. Ellos sabían lo que significaba que fueran siamesas pero no tenían nada de información al respecto. “Es algo que ves en la televisión y en las películas, pero no esperas que te pase a ti”, dijo la madre en una entrevista.

“Unos minutos después, el doctor tomó un libro de medicina que tenía unas mil páginas y tan solo una de ellas hablaba sobre los siameses, y para ser más específica, solo dos párrafos de esa página tenía información al respecto”.

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La familia mantuvo siempre una actitud positiva

A pesar de estas circunstancias tan difíciles, los padres mantuvieron una actitud positiva y pudieron refugiarse en el apoyo de su familia. Todos recuerdan el día que nacieron las niñas.

“Las niñas se movían desesperadamente, como si quisieran librarse una de la otra, y su padre un día le dijo a una de ellas: ‘¡Ay Lexi! ¿Estás teniendo una pesadilla como si tu hermana estuviera pegada en tu trasero?’. Entonces, todas las enfermeras comenzaron a reír. Una de ellas, al advertir la actitud positiva de mi esposo dijo: ‘esta familia va a estar bien’”, recordó Emily.

El día de la cirugía

El día de la cirugía llegó rápidamente, fue el 9 de octubre de ese mismo año. Las niñas fueron llevadas al hospital para realizarles una cirugía de separación. Las pequeñas se encontraban unidas por la columna vertebral, compartían algunas partes del intestino y también la médula espinal, por lo que el doctor explicó que había riesgos de que ambas quedaran paralizadas o murieran.

Emily dijo: “¿Será que estamos jugando a ser Dios? ¿Será que estamos jugando con la perfección? Era una gran incertidumbre la que ambos sentíamos. Habíamos hecho todo lo humanamente posible para llegar hasta allí, no queríamos arruinarlo con una mala decisión”.

James le explicó con amor que antes del nacimiento de las gemelas habían tomado esa decisión, que ya habían elegido y que no debían dudar. Él dijo: “Si algo salía mal no estábamos preparados para ello, pero nos ayudaba pensar en que estábamos haciendo lo mejor por nuestras hijas”.

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Una operación exitosa

Tras varias horas de espera que soportaron los padres y toda su familia, Lexi y Sydney fueron separadas con éxito. “La habitación explotó con gritos, risas y llantos. Todos decían ‘¡Tenemos dos bebés!… ¡bravooo!’”.  Así lo recuerda Emily con lágrimas en sus ojos.

“No puedo más que pensar que tenemos nuestro propio cuento de hadas, conocemos el final y estamos demasiado felices con ello hasta ahora”, dice su madre con gran satisfacción.

Llevan una vida normal

Hoy en día, las chicas están iniciando su último año de secundaria, y dentro de poco tiempo estarán aun más separadas porque Lexi espera ir a la Universidad de Calgary, mientras que Sydney quiere ir a la Universidad de Missouri en St. Louis, Estados Unidos.

Sydney y Lexi llevan una vida completamente normal y su historia nos recuerda claramente que a pesar de las dificultades, todas situación, aunque parezca muy adversa, puede tener un final feliz si uno se esfuerza por dar lo mejor por su familia con una actitud positiva.

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