No puedo soportar a los hijos de mi mejor amiga ¿qué puedo hacer?

¿Cómo sobrevivir a los hijos de tu mejor amiga si son malcriados y además le pegan a los tuyos? La experiencia de esta mamá puede darte una idea de cómo manejar la situación sin perder su amistad.

No puedo soportar a los hijos de mi mejor amiga ¿qué puedo hacer?

Debo hacer una importante confesión y estoy completamente segura de que no soy la única que ha pasado por esto: ¡No soporto a los hijos de mi mejor amiga! ¿Qué puedo hacer?

Una estrecha amistad 

Mi amiga Catalina y yo hemos tenido una larga amistad desde que estábamos en la universidad. Vivimos un tiempo en una misma habitación, incluso atravesamos dificultades económicas juntas y miramos series de televisión.

Hemos superado romances fallidos con la ayuda mutua, viajamos al extranjero, pasamos por miles de trabajos distintos, matrimonio, y en mi caso el divorcio. Se trata de una amistad tan cercana que cada una fue dama de honor en la boda de la otra, y no lo dudo, amo mucho a Cata y jamás he dudado de que seremos amigas hasta que envejezcamos y muramos.

Situación difícil

Ahora bien, lo que me aqueja es que los hijos de Cata son una especie de demonio en forma humana, no soporto ni un poco estar cerca de ellos. Se llaman Juancho y Guille y tienen 6 y 5 años respectivamente. Son bastante molestos, de muy mal temperamento y no muestran ningún tipo de empatía por quienes los rodean.

Mi amiga y yo tenemos distintas formas de criar a nuestros hijos, lo cual me parece correcto. Nunca he pensado que mi forma de crianza sea la correcta y la suya no. Pero Cata tiene un enfoque más relajado, el cual pienso que podría funcionar en niños con temperamento más dócil, algo que no sucede en el caso de Juancho y Guille, quienes siempre están enojados e ignoran a su madre. 

Disputas entre niños

Cuando los hijos de Cata juegan con los míos normalmente tienden a golpearlos con un juguete de plástico duro en apenas 10 minutos de estar juntos. Hay constantes gritos, violencia física como empujones, pellizcos, bofetadas e incluso patadas, así como insultos: todo un gran dolor de cabeza.

Mira también:  El niño de 24 meses

Encima de ello, Cata tan sólo les dice a sus hijos de forma totalmente tranquila: “realmente no deberían golpear a los demás”, y esto suena como una simple sugerencia y no como una llamada de atención. 

En cierta ocasión le dije a Guille que no empujara a mi hijo y me ignoró como si no estuviera allí. Después golpeó su camión con su martillo de juguete como desafiándome, lo cual considero una falta de respeto. 

Una gran tortura

Luego de este tipo de visitas, al regresar a casa es inevitable que mis hijos me horroricen con los relatos de todas las cosas malas que estos demonios les hicieron y dijeron mientras estuvimos allí.

He tratado de encontrar alguna forma para lograr que todo esto funcione pero finalmente siempre termino preguntándome ¿Por qué tengo que someter a mis chicos a esta constante tortura simplemente porque mi amiga no se encarga de disciplinar a sus hijos?

Soy honesta y debo decir que no me gustan ni un poco estos niños y no tengo el mínimo deseo de pasar tiempo con ellos. Teniendo en cuenta esto he tomado la decisión de no visitar más a mi amiga, así que le he sugerido a Cata que nos escapemos del trabajo para almorzar en la semana o salir solas a tomar algo en alguna parte.

Amistad inquebrantable

Les cuento: es realmente hermoso estar a solas con ella. Me siento como en los viejos tiempos y podemos recordar cómo eran nuestras vidas antes de tener hijos. Hasta el momento esto nos ha funcionado bastante bien. Hablamos sobre lo bien que le está yendo en su vida y los problemas que tiene con otros padres porque no permiten que sus hijos jueguen con los de ella. 

Mira también:  Viajes con niños

Yo sonrío y asiento con la cabeza y sólo me limito a escuchar. ¿Cómo puedes decirle a alguien que sus hijos son insoportables? ¿Por qué lo harías? Estoy completamente segura de que mi amiga Cata y su esposo están haciendo lo mejor en su trabajo de padres.

Una decisión importante

De seguro los hijos de mi amiga serán personas decentes en el futuro, pero mientras llega ese momento no quiero que mis hijos estén cerca de ellos, mientras pasan por esta transición en la que aún están aprendiendo a ser parte de la sociedad.

Es por ello que seguiré viéndola sin sus hijos y fingiendo que tengo un horario demasiado ajustado los fines de semana, que es cuando solíamos juntarnos para hacer picnics. Creo que este trance tomará unos 10 años aproximadamente, ya allí los niños se irán y harán lo suyo.

Una mamá que reserva su identidad para proteger una amistad.

¿Y tú qué opinas, has pasado por una experiencia similar?

Deja un comentario